carta
QUINCE AÑOS DE
AUSENCIA PAPÁ
Hace quince años, de
mis labios, no pronuncio el nombre de mi padre, esa palabra me ha hecho ajeno,
me quiebra, me entristece, mi da nostalgia. Durante mucho tiempo también me da
fuerzas, aunque si necesito de su voz, para estar vivo. Mi padre estando
fuerte, se fue rápido porque la muerte en un instante le llegó y se la llevó,
un día le escuche decir,” la muerte es una bella mujer, que cuando esta frente
a ti, te engatusa, te enamora, y te lleva en su manto”.
A mi padre no lo
puedo ver, como los que si tienen padre y le ven. No lo puedo abrazar como los
que tienen y le dan un abrazo, aunque
hay otros, no, pero tienen padre. Los que ya perdieron me comprenderán, qué es,?
estar sin la voz de un padre y sin su autoridad.
Hay días que necesitó de su abrazo, escuchar su voz, que me
dijera, HIJO MIO y yo responderle, PAPÁ.
MI padre una persona
sabia, no nos expresaba su cariño, pero
si nos quería, seria frío pero sabia
querernos, y es de él, que se necesita
su voz. Hace quince años que mi padre
partió, por más que necesito un
abrazo, no esta, él como esta frio, su sentimiento esta frio, y esa frialdad desde que murió hasta el
momento lo siento, esta presente.
Porque ? escribo de mi
padre, porque siento
su ausencia, porque ese vacío persiste. No estarás en vida pero el recuerdo me lleva a
esos momentos que tú luchaste, a esos últimos meses que
caminamos juntos. Hoy no quiero hablar
el lado malo, no quiero juzgarte. Quiero hablar del hijo que perdió a su padre y
que le hace falta. Porque ni el hermano
mayor puede ocupar ese espacio.
Hay veces la tristeza me gana, y prefiero no recordar, pero esa tristeza también requiere de
ti, si estuvieras vivo me dijeras, que haces llorando como una mujer , no
es que lloro, es que hace años que no pronuncio, padre, hace años que la muerte
te aparto, te separo, te alejó. Recuerdo el esfuerzo para salvarme mi pierna
izquierdo, recuerdo como te enfrentaste para salvarlo y lo lograste.
Padre tú con fuerza vivías, yo vivo con debilidad, estaré
hombre, pero estoy formado débilmente y de eso tengo miedo, de lo débil.
Dichosa la muerte, no es egoísta, pero se lleva a los que más
quieres, no sabe escuchar las suplicas y no sabe comprender el sufrimiento.
Escribo esto porque no podre decir más, PAPÁ, a nadie
No hay comentarios:
Publicar un comentario